La pereza

Hoy no me apetece hacer nada que requiera esfuerzo. Aquí estoy, en el sofá, con la manta y el portátil encima, haciéndome la remolona, distrayéndome con el móvil. Todo por no levantarme.
Yo creo que la mayaría de nosotros pecamos de pereza. Hay días en los que nos cuesta más levantarnos y empezar con energía. El café suele ayudar, aunque no en mi caso, bebiendo tanta Coca-Cola me he inmunizado ante la cafeína.
¿Cómo lo supero entonces? Intento hacer algo que me entusiasme. Ya… No es muy fácil cuando tu trabajo es una mierda y el momento te abruma. Pero hay que tratar de sacar el pesimismo. Decirse: “Hoy puede ser un buen día”. Tomárselo con filosofía.
No dejes que la desgana te gane. Tú eres más fuerte. Si pierdes la pelea, tampoco te preocupes. Quien dijo: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” era una cagaprisas. No tenía razón. Bosteza, duerme, holgazanea si es lo que quieres. No hay nada de malo en ello, mientras no abuses.

Haz como los peces: nada.