… una montaña rusa. Con subidas lentas y caídas en picado. Puedes tener miedo o puedes disfrutar.
… Windows. Todo se basa en aceptar, cancelar, ignorar, reintentar y vaciar la papelera de reciclaje.
… las matemáticas. Es difícil encontrar la solución a los problemas.
… una partida de ajedrez. O mueves o te comen. O unos defienden y otros atacan.
… un rompecabezas. No insistas en colocar piezas donde no entran.
… un juego. Cuando menos te lo esperas, mueres.
… un restaurante. No puedes irte sin pagar la cuenta.
… un pene. Parece corta, pero se alarga cuando se pone dura (Pablo Neruda).
… la escalera de un gallinero, a veces. Corta y llena de mierda.
… las naranjas. Hay que sacarle el jugo a tiempo.
… un helado. Si lo disfrutas se acaba y sino, también.
… una rueda. Todo vuelve.
… un libro. Hay capítulos aburridos, otros excitantes, pero si no pasas de página, no sabrás cómo termina.
… el póquer. Nunca sabes lo que te depara la siguiente mano y siempre tienes que estar preparado para el próximo farol.
… la música. Y tú marcas tu propio compás.
… una discoteca. Aunque no te guste la canción, tendrás que salir a bailar.
… montar en bicicleta. Para mantener el equilibrio, debes seguir en movimiento.
… un espejo. Obtenemos los mejores resultados cuando le sonreímos.
… un tirachinas. Hay que apuntar a un objetivo y lanzarse a por él.
… una leyenda. No importa que sea larga, sino que esté bien narrada.
… el ejercicio. Cuanto más dura es, más fuerte te vuelves.
… el eco. Si no te gusta lo que oyes, ocúpate de lo que emites.
… un viaje en tren. Algunos comienzas el viaje junto a ti, otros se suben a mitad de camino, muchos se bajan antes de llegar y muy pocos permanecen hasta el final.
… el tetris. Tus aciertos desaparecen, mientras que tus errores se acumulan.
… un vela. Se enciende, se consume y se apaga.
… una historia. No comprendes la moraleja hasta que llega el final.
… un moco. Intragable, dura y a veces no te deja respirar.
… el teatro. Unos pocos son actores y la mayoría, espectadores, que juzgan y critican a los que viven.
… un coche deportivo. Corre demasiado y cuesta caro.
… un coche. Sin frenos no podemos detenerlo, pero si darle dirección aunque no sepamos conducir.
… internet. A veces es imposible establecer una conexión.
… la pizza. Por mucho ingredientes que le pongas, la masa es la misma.
… una fiesta. De ti depende si te levantas y bailas o te quedas sentado y viendo disfrutar a los demás.
… un circo y en este circo es mejor morir haciendo el payaso, que limitarse a ser un mero espectador.
La vida es como queramos verla.
Fotografía: Lourdes Miguelsanz Nogales
… Un laberinto. Encuentras vías sin salida y las recorres, das vueltas sin parar y puedes llegar a extraviarte; pero si piensas con calma, encontrarás el camino y llegarás a la salida.
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Y si no eres capaz de calmarte, párate donde estás. Seguramente aparezca alguien que conozca el camino y te ayude a ver la salida.
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… un barco donde debemos remar para no hundirnos.
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No queremos que nuestra vida se convierta en el Titanic. ¿A que no?
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Un jardin o un bosque,variado de vegetacion, de plantas de flores.
Y dependiendo de las estaciones y de los cuidados estaran, desnudos los arboles o verdes o flereciendo.
Pero como en la foto debemos encontrar nuestro paisaje, nuestro jardin y procurar que siempre crezca bello.
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Muy bonitas palabras.
«El jardín de la vida» podría ser un buen título para un nueva obra.
Como bien dices, debemos molestarnos en cuidar nuestra vida para que florezca y crezca en buen estado.
Me encanta.
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Me encantan este tipo de entradas que haces. Son muy trabajadas. Me alegro de haber subido a mitad de camino de la tuya (aunque sea cibernéticamente), y ojalá que pueda quedarme otra estación más. Y otra. Y otra…
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Corrección: Entradas que hacía.
Espero que hayas subido casi al principio, no a la mitad.
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Pues eran fabulosas. Por si algún día decides hacer una más
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Lo tendré en cuenta… 😉
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Y yo, quiero que vivas muchos años en el mismo estado que ahora, estupenda
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Oooooh. Yo también lo quiero para ti.
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