LLa enpiezo ha saver escrivir

Para que me entendáis, yo el año pasado por estas fechas todavía era un poco lerda, en cuanto a la ortografía y la gramática se refiere. Bueno, todavía lo sigo siendo, pero un poco menos. El caso es que siempre lo he sido.
A ver, digo yo, si “estaba” en con “B”, ¿por qué “estuvo” es con “V”? Ahora ya me ha quedado claro después de que el corrector me haya obligado a memorizarlo con sus serpientes rojas, pero sigo desconociendo el motivo de por qué es con “V”…
Y no quiero contaros la que he tenido con los le,la y lo y sus plurales… Insisto, yo no soy muy culta y creo que esa parte se la saltaron en el colegio. He sufrido dolores de cabeza. Todas las opciones son correctas. Y, encima, para eso, no funciona el corrector… Al final, lo he mediodominado.
Antes no me preguntaba estas cosas. Me importaba poco que “aún” es como “todavía” y “aun” es como “incluso”. Era feliz poniendo tilde en “hacía” cuando quería decir: ir hacia algún lugar. El “Ojalá” a veces, en momentos de brillantez, lo escribía correctamente, otras lo convertía en esdrújula o utilizaba mal el verbo ojalar. E incluso aberraciones mayores como “asique”… Me podría tirar así horas.

Pero, ¿qué se puede pedir de una generación que utilizaba los SMS? En 160 caracteres había que tragarse unas cuantas letras. Veremos si la progenie del Whatsapp, con corrector en sus fantásticos smartphones, sale mejor que la mía, en la que solo existía el horror del T9 y teníamos que pulsar varias veces una misma tecla.

Fotografía: Lourdes Miguelsanz Nogales