Seré sincera: Me aburría y cuando eso ocurre, me da por hacer tontás.
Desde la paliza del domingo, me he encontrado rara, sin contar las agujetas. Me duelen cosas que nunca antes me habían dolido y que no tienen una explicación.
“¡Ay! Qué malita estoy y qué poquito me quejo.”
Ayer me empecé a sentir mal, mal en plan: quiero morirme. Soy una exagerá.
Tenía todos los síntomas de la fiebre, cambios de temperatura como si tuviera un fantasma en el cogote, voz masculina, dolor de cabeza que me nubla más el pensamiento de lo habitual y ese picor en la garganta que me enloquece y me da ganas de rascarme con un tenedor por dentro.
Desde los catorce años, o por hay, hasta ahora, tenía la suerte de no haber cogido ni un triste resfriado. Me creía invencible. Mis defensas se parecían a las que salen en el anuncio del Actimel, con armas pesadas y equipadas a morir para combatir contra cualquier virus. Debieron rendirse o las asesinaron a todas, porque desde diciembre me he contagiado tres veces.
Envejecer es una mierda.
Envejeces porque estás viva.
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Y yo pensando que era un zombie… 😉
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Igual lo eres, de zombies controlo poco, pero si lo descubres, avisa.
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Trato. Antes de morderte te diré:
«Uaaargg gruaaa.»
Que traducido será:
«Resulta que sí, soy un zombie.»
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No hay trato, me lo tienes que decir mucho antes de que la distancia sea tan corta.
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Venga, vale, cuando me apetezca carne humana y poco hecha, mandaré una circular.
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Te informo de que la mía ya está muy hecha.
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No vas a convencer con ese alegato a mi «yo zombie».
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Madre mía, y yo que creí que tenían algunos principios.
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Ninguno. Tienes pinta de sano, p’al buche.
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Joer, qué pesaditas sois las zombies, no respetais ninguna dieta. 🙂
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Somos incansables y no nos preocupa engordar…
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Pobre, recuperate pronto
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¡Gracias!
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Tienes un sobaco mas caliente que el otro?
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Es preocupante, ¿verdad?
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Joé, yo tenía un amigo (Que en paz descanse) que presentaba esos mismos síntomas.
Pero tú no te asustes. 😉
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XD
Qué simpático eres… 😉
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Es triste enejecer 😦 al menos creo que es una de mis fobias haha pero bueno espero que te recuperes pronto. Un abrazo y a tomar sopita de pollo con verduras.
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Gracias y seguiré tu consejo paternal, aunque eso sí, sin verduras. 😛
Un fuerte abrazo.
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Vaya, almas gemelas, Henar. Lo del tenedor por dentro … parece buena idea … quizás lo pruebe.
Bromas aparte, (ya sabes, solo se puede hacer con cuchillo fino y unas nanas pinchadas para frotar fuerte), hay que hacer gárgaras con agua caliente con zumo de limón, tomar acetilcisteina, un litro de zumo de naranja natural, al día, y alguna sudada importante por el método que sea, pero, ah, eso sí, el sudor hay que secarlo enseguida. En quince días estás nueva y como decía mi Madre, si no haces nada, son dos semanas.
Feliz tarde animosa y divertida, bloguera.
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Doctor Etarrago, seguiré sus recomendaciones, pero porque me han gustado, sobre todo la última. 😉
Ya te contaré si lo del nanas funciona o he muerto asfiaxiada.
Feliz tarde.
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Enhorabuena: https://josesala.wordpress.com/2015/03/13/nominacion-premio-very-inspiring-blogger-version-changuito-flower/
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Qué ilu 🙂 🙂 🙂
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Hola! Bueno, no te preocupes, no es nada serio… Y tampoco necesariamente se correlaciona con la edad… Para el caso, cuando era chica me enfermaba mucho…. ⭐
Abrazo! Aquileana 😀
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Yo de niña también… Luego hice un pacto con el diablo que duró hasta ahora.
Temo por mi alma. 😛
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Envejecer es como los buenos vinos, cuantos mas años mejor caldo, si tu te quejas que estas como albariño reserva, que podre decir yo de mi, un ribeiro en busca de sentir los años de mejor grado…
posdata: un resfriado de vez en cuando nos recuerda que nuestro sistema funciona… besotes
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Gracias, Manuel, por intentar animarme con tu metáfora. Nunca me habían llamado albariño de reserva. Supongo que es bueno. 😉 No entiendo mucho de vinos. Pero seguro que tú eres de una buena cosecha.
P.d: Prefiero que mi cuerpo no me mande recordatorios.
Abrazos.
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Envejecer no es una mierda, es una pu..da!
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¡Así! Las palabras claras y el chocolate espeso.
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Pingback: Quinto mes | Pensando en la oscuridad
A mí también me pasa, creo que a todos, tenemos un lado un poco más caliente que el otro. Y en las zonas, puede variar hasta en un grado o dos. La axila, la boca y la ingle (no las ingles).
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¿También te has puesto un termómetro en cada axila? No pensaré que después ha ido la boca y luego la ingle.
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No lo pienses. No acertarías. El orden ha sido boca, axila e ingle. Pero no los míos. Mis cobayas son mis pequeños recién salidos de la ducha.
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Mola tener hijos para hacer experimentos…
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