Regreso al presente

Seguramente nadie se había enterado del cierre. Pude haber entrado de puntillas para que mi vecina la cotilla no saliera al portal y me viera con las maletas a rebosar de pasado y el corazón vacío en el otro puño. Pude haber hecho como si nada, pero había encontrado la imagen del cartelito y quería ponerla.

Ahora toca apagar las luces que dejé encendidas para evitar tentaciones a los ladrones, ventilar la casa antes de volver a cerrar las persianas y quedar en la oscuridad para quitar el polvo al teclado. Es hora de seguir regando la planta de la creatividad y así quizás mañana crezca una entrada que no sea tan birria como ésta.

Doy la bienvenida a la hoy querida rutina, a la que es posible que en un aleatorio futuro vuelva a detestar, y a vosotros, que solo bajo tortura reconoceré que algo os he extrañado.

Cambio de tema y os deseo un feliz presente.