Las lágrimas de las piedras no son calidas ni saladas
Que por dureza resbalan helándose mientras callan
Los silencios de una casa no son mejor que los gritos
Pues anuncian que terminan los buenos tiempos pasados
Mis besos plantados que ya germinaron
Y tal vez Margui, a fuerza de rasgar emociones
acabe el velo por traer en cada jirón una respuesta,
el indicio quizá de que al alejarse también se acercan
al salvaje camino de las víctimas que no encuentran razones.
Cuando es al cubo del olvido donde se arrojan esos dones,
ya no queda piel donde volcar el frenesí y que se sientan
los dientes sedientos y calientes que aman lo que afrentan,
por más que en la trinchera los cuernos toquen mismos sones.
Son padres, y parece su castigo que por los hijos ya nunca puedan
mostrar que más allá de lo que se llama amor existe dolor y miedo,
que enamorarse es un medio que al pretender apresarlo se suelta,
dicotomía certera que trae como fundamento saber que no es cierto
que gritar, llorar, descreer y quebrar sean en alma diferentes al silencio, ese que mata y hiela, que deja de mirar porque de amar ya no se acuerda.
Ver caer las paredes de tu castillo soñado
hace tambalear los cimientos del alma de cualquier humano
Mas las lágrimas silenciadas de mi madre durante años, hacen que con mis manos lo tumbe sin pensar en el pasado.
Que su piel ya no sentirá el calor, que sus labios no serán besados…
Mas yo rozaré su pelo, para que la soledad no sienta, yo le cantaré canciones… y en las noches de tormenta me dormiré a su lado, devolviéndole el amor que durante años me ha dado
Bueno, que yo… pasaba por aquí… pero tengo prisa. Ya me voy. Me voy, me voy… Seguid, seguid hablando con ese hermoso lenguaje de sentimientos en letras. No quiero interrumpir.
Mayor es el dolor cuanto mayor sea la indiferencia. Hay momentos en las relaciones que es mejor darlas por terminadas por al bien de ambos y sobre todo por el bien de los hijos. 😦
Desde hace tiempo ya bichejo y donde lo excitante sea no saber cuál es ese momento donde lo que es y pudo ser colisionan sin remedio…
Pero, sabes? Acabamos descubriendo que comedia es tragedia mas tiempo…
Estar contigo de acuerdo es un ejercicio de voluntad y buen ánimo, pero tienes razón, aunque sólo en parte. El bichejo tiene palabras cuando quiere y no colocarme una melena y además rubia juega en mi contra, lo sé. Pero no es dejarle sin palabras lo que quiero, (eso contigo para que creas que tengo talento) lo que me pone de Chus es dejarle sin… Bueno, hace tiempo que no me impresiona que melle los dientes de su motosierra para que duela más, es un depravado, que le vamos a hacer, pero como archienemigo le aprecio bastante por otro lado. Pero seguiré tu consejo y le hablaré en su prosaico y reptiliano lenguaje.
Lo que te pone de Chus… Creí que al fin ibas a confesar el deseo que sientes por él. Bueno, sé que algún día llegaré a verlo. Seguiré llevando el matasuegras en el bolso.
¿Verdad? Me dio un bajón al terminar de escribirlo. Pero pensé en que por una vez el deseo se haría realidad. Lo merece más que el que haya pedido un unicornio.
El asunto que aquí tratas lo conozco bien, no importa el grado. Al niñ@ le duele verlo aunque ni siquiera eso es lo malo; lo peor es que se acaba vistiendo para no sufrir, con el traje a la medida del «no me importa» y no es verdad…
No siento tu relato como triste, más bien como esperanzador, pues mientras se sigue creyendo que algo es posible… Se puede!
No creo que debamos temer al desencanto, pues el verdadero desencanto es no creer.
Hi Hen!
¿Quién no se ha disfrazado alguna vez de desinterés? Supongo que es más fácil que mirarse cara a cara para decirse las verdades.
Me gusta que te quedes con lo verde de esto. Es bueno seguir creyendo en la magia.
«… Así que si tengo que hacer un redacción para el colegio sobre el deseo que pediría al soplar las velas de mi cumpleaños, sería el de que mis padres volvieran a ser los de antes.»
Eso es lo que le da sentido al cuento. Por ahí recuerdo que leí, alguna vez, que hay quien lee un cuento hasta el final sólo para saber si el final vale la pena todo el trayecto. Como esos finales donde se explica que en realidad todo es más grave de lo que parecía, o que el personaje no mintió al decir que se iba a morir y todos esos finales que nos sorprenden. En este caso, me da gusto que me dieras un final que le da un buen sabor a éste brevisimo cuento.
Un abrazo, Henar. Ya sabes que siempre que puedo – puedo poco, no me juzgues – te paso a saludar.
¡Daniel! Con lo que has dicho, ahora no puedo reñirte. No, no iba a hacerlo. Siempre es una alegría que pases, aunque sea poco.
Por ahí hay un amigo que se declara fan de los finales sorprendentes, porque pueden darte una segunda lectura diferente, un 2×1 con las mismas palabras.
Más abrazos, Daniel. A ver si saco también rato y me paso a ver cómo van tus cuentos. ¿Supistes de la editorial?
Qué puedo decir?, pues que me da una pena horrorosa imaginar a ese niño viviendo en una casa triste, con padres triste, donde nadie ríe. No puedo imaginar un mundo sin risas.
«Niño, sal de ahí cuanto antes y échate una tarde de risas, ya!!».😀
Es una pena llegar a ese punto. Y el problema es que los niños lo ven todo aunque no siempre lo exterioricen. Ojalá se le cumpla el deseo. Una gran historia con un mejor final. Besitos
Pues sí, es una pena el punto de no retorno del que es tan difícil salir, a pesar de que la puerta esté abierta.
Gracias por la parte que me toca. Abrazos.
Emotivo y real… casi me produce cierta nostalgia a pesar de la crudeza.
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¿Casi? ¿Solo casi? 😉
Me alegro, que no quiero poner triste a nadie. Gracias.
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Bueno, es una forma de hablar, el «casi» es un recurso para que no suene muy triste… 😛
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Quita rotundidad. Me gusta. Debería ir delante del «siempre» o el «nunca».
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Debería ir siempre delante del siempre? O debería casi siempre delante? Joder, qué bucle
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Deja de pensarlo, Óscar. Es mejor dejarse llevar por el rizo.
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Las lágrimas de las piedras no son calidas ni saladas
Que por dureza resbalan helándose mientras callan
Los silencios de una casa no son mejor que los gritos
Pues anuncian que terminan los buenos tiempos pasados
Mis besos plantados que ya germinaron
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Y tal vez Margui, a fuerza de rasgar emociones
acabe el velo por traer en cada jirón una respuesta,
el indicio quizá de que al alejarse también se acercan
al salvaje camino de las víctimas que no encuentran razones.
Cuando es al cubo del olvido donde se arrojan esos dones,
ya no queda piel donde volcar el frenesí y que se sientan
los dientes sedientos y calientes que aman lo que afrentan,
por más que en la trinchera los cuernos toquen mismos sones.
Son padres, y parece su castigo que por los hijos ya nunca puedan
mostrar que más allá de lo que se llama amor existe dolor y miedo,
que enamorarse es un medio que al pretender apresarlo se suelta,
dicotomía certera que trae como fundamento saber que no es cierto
que gritar, llorar, descreer y quebrar sean en alma diferentes al silencio, ese que mata y hiela, que deja de mirar porque de amar ya no se acuerda.
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Ver caer las paredes de tu castillo soñado
hace tambalear los cimientos del alma de cualquier humano
Mas las lágrimas silenciadas de mi madre durante años, hacen que con mis manos lo tumbe sin pensar en el pasado.
Que su piel ya no sentirá el calor, que sus labios no serán besados…
Mas yo rozaré su pelo, para que la soledad no sienta, yo le cantaré canciones… y en las noches de tormenta me dormiré a su lado, devolviéndole el amor que durante años me ha dado
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Bueno, que yo… pasaba por aquí… pero tengo prisa. Ya me voy. Me voy, me voy… Seguid, seguid hablando con ese hermoso lenguaje de sentimientos en letras. No quiero interrumpir.
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Hace rato que se hizo el silencio, quédate cerca, por si las letras volvieran
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Solo me alejaré lo que me permitan los prismáticos.
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Rezuma sinceridad y se acompaña de amor, emocionante.
Un abrazo.
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Gracias, Efe. Que se sienta, aunque sea un poco, no era la intención, pero así salió.
Abrazos.
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También puedes pedir que se separen e intenten ser felices de nuevo ….
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Que vuelvan a ser los de antes, separados, juntos o como sea, pero que no se pierdan.
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Mayor es el dolor cuanto mayor sea la indiferencia. Hay momentos en las relaciones que es mejor darlas por terminadas por al bien de ambos y sobre todo por el bien de los hijos. 😦
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Así es, Antonio. Es una decisión difícil de tomar por lo que conlleva, pero a veces no hay otra solución para recuperar la alegría.
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Se masca la tragedia…
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Desde hace tiempo ya bichejo y donde lo excitante sea no saber cuál es ese momento donde lo que es y pudo ser colisionan sin remedio…
Pero, sabes? Acabamos descubriendo que comedia es tragedia mas tiempo…
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Has dejado a Chus sin palabras. Ya te vale. Con lo que nos había costado que se volviera hablador. Mira, para que te hable se hace así:
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Estar contigo de acuerdo es un ejercicio de voluntad y buen ánimo, pero tienes razón, aunque sólo en parte. El bichejo tiene palabras cuando quiere y no colocarme una melena y además rubia juega en mi contra, lo sé. Pero no es dejarle sin palabras lo que quiero, (eso contigo para que creas que tengo talento) lo que me pone de Chus es dejarle sin… Bueno, hace tiempo que no me impresiona que melle los dientes de su motosierra para que duela más, es un depravado, que le vamos a hacer, pero como archienemigo le aprecio bastante por otro lado. Pero seguiré tu consejo y le hablaré en su prosaico y reptiliano lenguaje.
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Lo que te pone de Chus… Creí que al fin ibas a confesar el deseo que sientes por él. Bueno, sé que algún día llegaré a verlo. Seguiré llevando el matasuegras en el bolso.
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Chus, dime dónde has comprado el chicle.
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Por Amazon
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¿Y te llegó bien? ¿Tardaron mucho? Voy a ver qué tal pinta tiene.
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Funciona bien
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Estás por no regalarme más de dos palabras, ¿eh?
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sí 🙂
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Ya veo.
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¡Qué triste! Ojalá todo se arregle…
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¿Verdad? Me dio un bajón al terminar de escribirlo. Pero pensé en que por una vez el deseo se haría realidad. Lo merece más que el que haya pedido un unicornio.
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¡Así es, Henar! A veces dejamos que la rutina y el cumplir con lo urgente, estropeen lo importante… ¡Dios quiera se reavive ese amor!
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Será que es difícil priorizar cuando el humo de la monotonía nos intoxica. Habrá que intentarlo.
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Sí, Henar… ¡Es difícil, pero no sobra intentarlo!
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Que no se diga…
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😉 🙂
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El asunto que aquí tratas lo conozco bien, no importa el grado. Al niñ@ le duele verlo aunque ni siquiera eso es lo malo; lo peor es que se acaba vistiendo para no sufrir, con el traje a la medida del «no me importa» y no es verdad…
No siento tu relato como triste, más bien como esperanzador, pues mientras se sigue creyendo que algo es posible… Se puede!
No creo que debamos temer al desencanto, pues el verdadero desencanto es no creer.
Hi Hen!
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¿Quién no se ha disfrazado alguna vez de desinterés? Supongo que es más fácil que mirarse cara a cara para decirse las verdades.
Me gusta que te quedes con lo verde de esto. Es bueno seguir creyendo en la magia.
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«… Así que si tengo que hacer un redacción para el colegio sobre el deseo que pediría al soplar las velas de mi cumpleaños, sería el de que mis padres volvieran a ser los de antes.»
Eso es lo que le da sentido al cuento. Por ahí recuerdo que leí, alguna vez, que hay quien lee un cuento hasta el final sólo para saber si el final vale la pena todo el trayecto. Como esos finales donde se explica que en realidad todo es más grave de lo que parecía, o que el personaje no mintió al decir que se iba a morir y todos esos finales que nos sorprenden. En este caso, me da gusto que me dieras un final que le da un buen sabor a éste brevisimo cuento.
Un abrazo, Henar. Ya sabes que siempre que puedo – puedo poco, no me juzgues – te paso a saludar.
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¡Daniel! Con lo que has dicho, ahora no puedo reñirte. No, no iba a hacerlo. Siempre es una alegría que pases, aunque sea poco.
Por ahí hay un amigo que se declara fan de los finales sorprendentes, porque pueden darte una segunda lectura diferente, un 2×1 con las mismas palabras.
Más abrazos, Daniel. A ver si saco también rato y me paso a ver cómo van tus cuentos. ¿Supistes de la editorial?
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¿No, cuál editorial? :O ¿Te contactó una editorial? Si es así felicidades, Henar 😀
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¿No habías enviado tu libro de cuentos a una? A ver si me estoy liando…
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Ah, sí, pero aun no recibo respuesta 😛 tardan siglos.
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Malditos, que te tienen ahí esperando…
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Qué puedo decir?, pues que me da una pena horrorosa imaginar a ese niño viviendo en una casa triste, con padres triste, donde nadie ríe. No puedo imaginar un mundo sin risas.
«Niño, sal de ahí cuanto antes y échate una tarde de risas, ya!!».😀
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Le voy a enseñar tu blog, y verás como en nada se está partiendo de risa y quiere que lo adoptes.
«Niño, voy yo primero.»
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Bueno, tanto silencio……. casi voy a poner la tele y musica a todo volumen.
No vaya a ser un virus contagioso!!!!!!!
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Ssssssh… Que el niño está durmiendo.
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Despierta, niño despierta…… la, la la. Menos dormir y más vivir.:)
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Asómate a la ventana… Sigue cantando que me está dando sueño.
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Puedes ir diciendole al niño, que eso, ya no va a pasar.
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Díselo tú, que a mí me da cosa. No lo mires a los ojos mientras le robas la ilusión.
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Es una pena llegar a ese punto. Y el problema es que los niños lo ven todo aunque no siempre lo exterioricen. Ojalá se le cumpla el deseo. Una gran historia con un mejor final. Besitos
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Pues sí, es una pena el punto de no retorno del que es tan difícil salir, a pesar de que la puerta esté abierta.
Gracias por la parte que me toca. Abrazos.
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