Antes de dejaros con el texto, dejadme presentaros a @evangpoeta, quien me propuso escribir algo en conjunto. No tiene blog, pero siempre que tengáis ganas de leer podéis visitarlo en Instagram. Ahora sí, disfrutad:
Lucha interna entre dos
No tengo nada que hacer, no desde que el amor dejó de ser una opción. No voy a luchar, no me voy a enfrentar, porque ya me rendí más de una vez ante él. Fui tras él y regresé con las manos vacías, pero llenas de heridas, que solo otras lenguas pudieron lamer. La mía está partida de mordérmela. La mía ya no es mía; es del silencio de los sin nombres, de los secretos que gritan bajo la cama y me impiden tener sueños. No fantaseo. Me toco por inercia y no pienso. Siento el movimiento que bien conozco y me detengo. Cedo el paso o el testigo a quien cometió el crimen conmigo, ese alguien condenado, fugitivo, que es tan culpable como yo de renunciar a una definición sin sentido.
Henar de Andrés
Mis ojos ya no pueden apreciar lo divino. Las carencias de un sexto sentido invaden las posibles oportunidades; con deseo y miedo a punto de desnudarme. Que las campanas de la iglesia sean un presagio para el delincuente, que dejó mi alma hecha pedazos con solo usar sus dientes. Y mi espalda está rasgada por las uñas del crimen, que poco a poco despojaron de mi cuerpo las caricias de un temible y poderoso héroe, ante tanta corrupción de mis sueños ante el sexo, donde todo era unión. Que las noches no inciertas, dice la canción, algunas rosas no se prestan para la ocasión, pero un diente de león entra por la ventana mientras la cama no tiene acción, con la sábana desordenada… Las caricias no fueron la razón. Y me dije que todo era una convicción, pues la intimidad entre mi cuerpo y su faceta de ladrón me impidió ser la esclava de una gran traición, pues el alma está pegada, con un parte de mi corazón… Pues mi alma fue juzgada por el amor.
Jesús Uzcategui
Que cansada estoy y que lejos está la parada…
Quiera parar y no puedo.
Y una vez que llegue y me suba… Podré bajarme de nuevo?
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Este tren es impredecible. Debiste pensarlo bien antes de montarte, o quizás no tuviste elección. Quién sabe. Si lo descubres, cuéntame si es que puedes.
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Pues la verdad es que ya no me acuerdo.
Creo que no tuve mucha elección.
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A punta de pistola. Me cuesta imaginarte indefensa.
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Ay amiga, si de hierro me visto desnuda me hallo.
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No eres tan dura como te crees.
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